Si algo ha marcado mi verano.
Mi otoño.
En general mi paro.
Han sido las aMIRguis.
A saber.
Tras empezar a estrechar lazos con Kas, pues empecé a quedar a tomar café con él por las mañanas, en sus descansos de horas de estudio del MIR. Allí conocí a los ninis, también conocidos como aMIRguis. Y entre los cafeses, los barquillos y Lost, pues nos hicimos muy amiguis. Claro.
Tras los cafés, llegaron las noches en el Cubitos. Y muchas marchas de ninimirs a las que me acoplé. He vivido el MIR como si yo fuera a hacerlo. El dr Macarrón, neuro, uro, gastro, farma (y a bailar!), la Chori, los bonsais y demás anécdotas geniales. Y eso que aún tengo pendiente por ver las video-nominaciones!
La semana pasada fui a Pamplona por motivos médicos. Efectivamente, me hice pasar por alumno del MIR para acompañar a Kas a sendos hospitales no-opusianos a preguntar por especialidades. Aneste fideles...
Y allí estaba yo, asintiendo con la cabeza a la R4 que nos atendió en el de Pamplona y sonriendo levemente al R3 que (era de Huesca, claro) nos explicó las rotaciones del Virgen del Camino. Suerte que no me preguntaron que en qué posición había acabado.
Ahora me espera una semana de sufrimiento, de ver dónde mis aMIRguis eligen destino y qué especialidad. La vida de las sufridoras, oiga. Un no parar.